El caso más reciente de brutalidad policial en EE.UU., en el que un agente disparó siete veces a un afrodescendiente, ha reavivado las protestas contra el racismo.
La furia de los manifestantes se ha apoderado de las calles de varias ciudades estadounidenses, en particular, de Kenosha, situada en el estado de Wisconsin (noreste), donde un policía disparó el domingo pasado siete veces en la espalda de Jacob Blake.
En un vídeo, que se expandió por las redes sociales como la pólvora, se ve al agente disparando a quemarropa a Blake cuando este se alejaba de ellos, sin aparentemente representar una amenaza, y abría la puerta de su vehículo, donde estaban sus tres hijos menores de edad.
El abogado Ben Crump informó que las balas cercenaron la médula espinal y destrozaron vértebras de Blake. “Se necesitará de un milagro para que vuelva a caminar”, añadió.
Sobre el incidente, Life Malcolm, de la organización de Promoción y Defensa del Pueblo Negro, denuncia que, “el hermano Jacob Blake es solo otra víctima más del terror, el asesinato, la mutilación y la captura en curso de africanos en EE.UU.”.
“El Gobierno de EE.UU. ha librado esta guerra contra la comunidad africana desde que nos trajeron aquí en 1692”, asegura el activista.
Las autoridades policiales dicen que Blake recibió los disparos cuando los agentes atendían una “discusión doméstica”, mientras que testigos aseguran que la víctima, en realidad, intentaba calmar una pelea de dos mujeres.
A las pocas horas del tiroteo de Blake, cientos de personas marcharon hacia el cuartel general de la policía de Kenosha y, en la tercera noche consecutiva de protestas, se registraron tiroteos con un saldo de dos muertos y un herido.
El caso se produce mientras Estados Unidos debate intensamente el trato de las fuerzas de seguridad hacia los afroestadounidenses, cuestionamientos que llegan después de la muerte de otro hombre de raza negra, George Floyd, en mayo en una detención de la policía en Minesota (Mineápolis).
Estos hechos, según los críticos, expone las grietas dentro de un sistema inherentemente racista, pero que ha registrado un aumento considerable debido a las políticas del presidente Donald Trump.
De acuerdo con un estudio elaborado por las universidades de Michigan, Rutgers y Washington, los afrodescendientes tienen 2,5 veces más posibilidades de morir a manos de policías que los blancos.
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FUENTE : https://www.hispantv.com/noticias/ee-uu-/475522/afrodescendientes-racismo-blake
