Hiyab, niqab o burka son diferentes vestimentas que usan las mujeres musulmanas en todo el mundo para cubrirse. El hiyab no pertenece solo al Islam, sino que es una tradición que existía en los pueblos y religiones preislámicas y las mujeres cristianas y judías se cubrían el cabello, considerándolo como un signo de castidad. Ahora también monjas y algunas mujeres judías utilizan el velo.
Según el Islam, como un asunto necesario para proteger la castidad de la mujer, no requiere de ninguna obligación, pero si se define como una norma social o una ley oficial, se debe respetar. De este modo, en muchos países islámicos, el uso del hiyab es habitual y a veces obligatorio entre las mujeres, como una norma social, al igual que las otras leyes sociales.
¿El hiyab beneficia o daña?
Muchos países occidentales condenan el velo islámico por considerarlo algo innecesario o incluso agobiante para la mujer, mientras que las propias féminas practicantes, sostienen todo lo contrario. El uso del hiyab facilita y protege su presencia en la sociedad, consideran.
En muchas sociedades, el acoso sexual, expresado en molestias o la violación abierta, es uno de los problemas obvios que enfrentan las mujeres.
Según un sondeo, el 46 % de las mexicanas y 22 % de las estadounidenses admiten haber sido víctima de acoso sexual en al menos un ámbito (trabajo, lugar de estudio, ámbito social u otro lugar).
Además, en el libro sagrado de los musulmanes, el Corán, se recomienda a las mujeres el uso del hiyab como una manera para protegerse de cualquier explotación y los abusos sexuales.
“¡Oh, Profeta! Di a tus esposas y a tus hijas y a las mujeres de los creyentes que se cubran todo el cuerpo con sus túnicas. Eso es mejor para que sean reconocidas y no sean molestadas. Y Dios es Perdonador, Misericordiosísimo con los creyentes”, se lee en el sagrado Corán, Sura 33 (Al-Ahzab), aleya 59.
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