Los hechos ocurridos en los últimos años en Asia Occidental demuestran que a un suceso le sigue otro mucho más intenso que el primero, así se describe el caso libanés.
Irak y El Líbano sufren desde hace años problemas económicos, que han devenido en acusaciones de corrupción contra la clase política de esos países y protestas.
Un aspecto fundamental de las manifestaciones es la unión de todos los iraquíes y libaneses, lejos de cualquier lema partidista, para hacer realidad sus demandas legítimas.
Sin embargo, Estados Unidos, el régimen de Israel y los regímenes árabes reaccionarios del Golfo Pérsico sacaron provecho de esta situación y provocaron caos e inestabilidad social en Irak y El Líbano.
Israel es el principal beneficiado de la ola de protestas en Irak y El Líbano, dos países que apoyan a los grupos de la Resistencia de la región contra el régimen de Tel Aviv.
Pues, EE.UU. y sus aliados de la región del oeste de Asia, luego de que no pudieron lograr este objetivo a través de conflictos armados y el uso de la fuerza militar, han impuesto sanciones a Irak y El Líbano y provocado luchas sectarias para desarmar a los grupos de la Resistencia, representados por el Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá) y las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de Irak.
Teniendo en cuenta lo que han desencadenado en Irak y El Líbano, Estados Unidos, la entidad israelí, Arabia Saudí y algunos otros regímenes del Golfo Pérsico son considerados enemigos del pueblo iraquí y libanés.
Pero, los partidos, organizaciones y personalidades, aliados del régimen israelí, se describen como “la quinta columna” que implementan las agendas de los enemigos en Irak y El Líbano hasta el más mínimo detalle.
A su vez, las cadenas televisivas saudíes y los ejércitos cibernéticos de los occidentales se encargaron de convocar a las personas a las calles de estos países con el fin de generar caos y desviar el cañón de la Resistencia que apuntaba al régimen de Tel Aviv y los intereses estadounidenses en Irak y El Líbano.
Así los medios de comunicación desempeñaron un rol importante en el desbordamiento del caos y la inestabilidad dentro de los países, aliados de la Resistencia.
Estos medios, que cuentan con el dinero saudí, han cubierto las manifestaciones de forma parcial y desviado deliberadamente las marchas de su curso pacífico para responsabilizar a los grupos de la Resistencia de los crímenes cometidos por los lacayos de Estados Unidos, Arabia Saudí y el régimen de Tel Aviv.
En Irak, estos medios han difundido imágenes en las que se ve cómo elementos que se hacen pasar por manifestantes abren fuego contra estos y contra policías para culpar a las fuerzas populares de tales actos de violencia.
FUENTE : https://www.hispantv.com/noticias/opinion/474195/hezbola-irak-israel-eeuu